El pacto detrás de la ficción
¿Sabías que al leer un libro estás firmando un pacto tácito con su autor? En este artículo te cuento de qué se trata y cuál es su alcance.
Al adentrarnos en una obra de ficción, abrimos sus puertas con una llave invisible: la credulidad. Desde el primer momento de la lectura se establece un pacto tácito mediante el cual dejamos de lado la realidad que conocemos para sumergirnos en un paralelismo compartido con el autor y aceptado como cierto. Nos entregamos a lo que la historia tenga para ofrecer, soltando las amarras de nuestra imaginación.
¿Qué implica ese pacto?
Que, como lectores, elegimos creer.
Esta suspensión de incredulidad, también llamada pacto ficcional, requiere una colaboración mutua. Por un lado, el lector acepta el contexto de ficción, con las reglas propias que lo rigen; por otro, el autor presenta un relato verosímil y asume la labor más compleja: sostener esa verosimilitud de principio a fin.
El secreto radica en comprender que la ficción, como la confianza, demanda enorme esfuerzo para construirse y puede desmoronarse en un instante...
Las reglas del juego
La magia comienza cuando el escritor construye un universo verosímil. En narratología, este concepto implica la existencia de una coherencia interna que sostenga la historia. En otras palabras: la ficción debe respetar su propia lógica. No importa si se trata de una obra de fantasía, ciencia ficción o una novela ambientada en nuestro mundo. Toda ficción se cimienta sobre reglas que la gobiernan y que deben ser cuidadas.
El concepto de verosimilitud suele confundirse con la idea de "verdad", pero es muy diferente. Mientras que la verdad tiene como opuesto la mentira y su carga negativa, la ficción busca, precisamente, crear una ilusión. En ella, no importa si los personajes o el mundo que habitan son reales, sino que parezcan reales y que el lector así los perciba.
Para lograrlo, el arquitecto de la ficción debe ser minucioso en la construcción de su universo, porque cada detalle cuenta. Desde los aspectos estructurales como la trama, los personajes y el narrador, hasta cuestiones más sutiles, como la dosificación de información, el tono y los diálogos. No hay lugar para la imprecisión: se logra o se fracasa. Cuando la ficción se derrumba y el lector percibe la mano detrás de la historia, recuperar la credibilidad es muy complejo.
Revisar la verosimilitud es una de las razones por las que, si estás escribiendo ficción, deberías contratar a un editor profesional al finalizar tu manuscrito. Los editores son expertos en detectar rupturas en el pacto ficcional y, lo más importante, en encontrar la forma de repararlas. En mi opinión, este es uno de los aspectos más interesantes del developmental editing.
Las grietas del mundo ficticio
Te cuento sobre los errores más comunes que pueden romper el pacto y hacer que una historia pierda su magia. Son esos momentos en los que algo no encaja y la conexión con el relato se debilita, dejando al lector fuera del universo que la narrativa había construido.
Infodumping
Ocurre cuando se ofrece una cantidad excesiva de información que no se integra de manera natural en el relato, y el lector percibe que le están suministrando datos para facilitar la comprensión o el avance de la trama. Lo fundamental al desarrollar la narrativa es que la información que se brinda sea relevante, oportuna, y que se deslice con sutileza.
Alejamiento del punto de vista
Es esencial que cada narrador, incluso el omnisciente, se mantenga fiel al punto de vista desde el cual está relatando. Puede pensarse como en una película: solo vemos lo que enfoca la cámara. Si el narrador revela información, emociones o pensamientos que están fuera de ese alcance, la inconsistencia se torna evidente y afecta al lector de inmediato.
Giros de trama
La ruptura del pacto en los giros de trama tiene diversas manifestaciones. Por un lado, mediante giros abruptos, es decir, cambios de dirección repentinos que no respetan la lógica interna. También con los giros predecibles, que el lector anticipa con facilidad y desvían su conexión con la historia.
Por último, están los desenlaces simplistas. Son giros finales, excesivamente convenientes, que no solo rompen la confianza construida, sino que también dejan una sensación decepcionante. ¿Por qué? Porque evidencian que el escritor no supo cómo resolver la complejidad de la trama y optó por una solución fácil para cerrar la historia.
Construcción de los personajes
A veces, los escritores invierten mucho tiempo en construir el backstory de los personajes, pero luego sus acciones, tono o comportamiento no respeten ese contexto. Por ejemplo, si una niña de 12 años creció sin una figura paterna, podría no tener la madurez emocional para cuestionar profundamente las decisiones de su madre. Si lo hiciera con una perspectiva muy adulta, podría romper el pacto lector. Es crucial que las acciones y pensamientos sean coherentes con el personaje, para mantener la credibilidad de la narrativa.
La ilusión que perdura
Recorrimos algunos de los errores más clásicos que pueden quebrar ese acuerdo invisible que envuelve la historia. Ya sea que estés escribiendo o disfrutando de un buen libro, estar al tanto de estos detalles te ayudará a mantener viva la conexión con el relato.
La próxima vez que te enfrentes a un libro o te sumerjas en tu propio proyecto, no olvides que cada detalle cuenta para que la magia no se desvanezca.